sábado, 18 de agosto de 2012

Y al tercer día... Resucitó el Movimiento Estudiantil por Josaphat Jarpa


En mi estadía lejos de Chile, lo que más me ha llenado de orgullo es poder hablar sobre este despertar que hemos vivido en nuestro país con los diversos movimientos sociales, en especial con el movimiento estudiantil. Un 2011 lleno de colores, convocatorias multitudinarias, nos permitieron caminar juntos por los caminos solidarios, manifestado por los diversos espacios. Las distintas calles del país nos permitió encontrarnos con la posibilidad de construir juntos un lugar donde todas y todos podamos ser más felices.


El relato bíblico en acerca de la resurrección en Mateo, nos señala que ese día dos mujeres iban camino al sepulcro de Jesús cuando de repente hubo un gran temblor donde se le apareció un ángel el cual les anuncio la resurrección de Jesús. Quiero entonces a partir de este relato compartir una reflexión, que la hago como estudiante, ex - estudiante, estudiante endeudado y también caminante en las marchas estudiantiles.

El sentimiento de pérdida, de muerte siento que tiene una connotación de tanta ambigüedad, rodeado de simbolismos y ciertos códigos culturales que nos hacen hacer prácticas alegadas de lógicas normadas, ¿Cuál era la necesidad de estas mujeres visitar a un cuerpo ya muerto? ¿Cuál era el entusiasmo que había si aquel “revolucionario” finalmente había sido derrotado? ¿Qué les permitió creer que la fuerza aniquiladora finalmente no pude vencer a quien había traído buenas noticias a sus vidas?

Muchos nos preguntábamos sobre el rumbo del movimiento estudiantil el 2012, el cansancio que significa un año de movilización, el cambio de dirigentes, liderazgos, organizaciones, los costos que tuvieron que vivir centenares de estudiantes, algunos expulsados de sus liceos, otros con repitencia, amenazas y otras implicancias dentro del misma población estudiantil, nos llenaban de incertidumbres acerca de lo que podría ser un nuevo año intenso de movilizaciones, esto sumado también a las practicas comunicacionales inescrupulosas del gobierno que hacían creer que los “violentistas” e “insurrectos” estaban manipulando una situación que se podía llegar a “diálogo”, las falsas expectativas formulados por las distintas “ofertas” que entregaban quienes ven a la educación como un “Bien de Consumo”, y criminalizan la manifestación ciudadana enfrentando la fuerza policial represora contra jóvenes y niños-as, hacían creer que el movimiento tendría a estar ya en una etapa de caída.

La lucha parecía ser difícil, ya que no es una lucha con un gobierno, sino con una forma que nos imponen de vida de consumo, competencia, individualismo, desigualdad, injusticia y egoísmo. Parecía ser que el dominador ya tenia la lucha vencida, había tomado nuevamente el control y de la manera más institucional nos hacia una burla a todos-as los-as estudiantes por las vías “democráticas” del senado y el parlamento.

Hace poco de unas semanas, con mucha emoción escuchaba las voces de unos jóvenes, estudiantes de enseñanza media que en Chile le llamamos pingüinos, alzando la voz, también me enteraba de algunos intentos de organización para una movilización se empezaban a comunicar en la redes sociales. Nuevamente se veian aquellos-as jóvenes empoderados, en la posibilidad de seguir creyendo en la construcción social inclusiva y amplia.

Muchos que ya veíamos tal vez el desanimo, por ver que el consumo, el dinero, la posición social, el egoísmo, eran más fuerte que el hecho de luchar por una educación gratuita y de calidad para todos-as, que al enterarme de esta noticia fue un nuevo llamado a volver a salir, volver a organizarnos, volver a cambiar nuestras agendas, a seguir convocando, a seguir ampliando.

No deseo caer en la ingenuidad de pensar que la revolución la conseguiremos el 2012, no se trata de esto mi escrito, pero si se trata de volver a visitar el sepulcro, volver a ver lo que a destruido este sistema, lo que no a producido un sistema educativo que castiga a los castigados, es volver a visitar la desigualdad en las zonas rurales, en los sectores marginados, es volver a visitar a los-as obreros y las-os dueñas-os de casa y volver a preguntarnos por e buen vivir, es volver a ver a nuestros compañeros y compañeras endeudados, es volver a ver aquéllos desventajados por diversos contextos sociales, es volver a visitar aquellos que fue muerto por un sistema violento y asesino.

Las Mujeres en el relato al sentir el temblor y escuchar al ángel pudieron haberse ido y no creer lo que sus ojos les mostraba, aquellas mujeres pudieron haber quedados silenciadas con lo observado, pero también alzaron la voz y decidieron creer y movilizarse.

Creo que al volver a ver lo que este sistema ha destruido, podemos también sorprendernos de encontrar vida, mujeres, jóvenes, ancianos, niñas y niños, que este sistema cree haberlos acabado, destruido y haber tenido el control, pero NO! Encontraran VIDAS con esperanza, con utopías, con fuerza.

Entonces creo que es tiempo de volver, para algunos volver al sepulcro, para otros ir anunciar, aquellas mujeres del relato bíblico fueron primeramente pre-juiciadas por aquellos “Importantes”, hoy escolares de 16 o 17 años nos anuncian buenas nuevas, volvamos al sepulcro de muerte para encontrarnos con noticias de vida, vida que nos lleve nuevamente a los espacios de creatividad, construcción de justicia, solidarios, comunitarios y de compañerismo, levantemos nuestra voz! Ya  que por más que este sistema ha ido destruyendo, no a logrado destruir con la utopía, con el sueño, con la esperanza de vivir en un país, donde la educación no sea un privilegio para unos pocos sino sea un derecho, un derecho y no un bien de consumo, donde la educación no sea la encarnación de la violencia, injusticia y desigualdad sino espacios de libertarios de construcción.



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