martes, 24 de julio de 2012

Entrevista a Pablo Richard por Daniel Godoy


Pablo Richard, chileno, es padre diocesano y teólogo. Doctor en Sociología de la Religión, por la Sorbonne (Paris). Doctor Honoris Causa de Teología por la Facultad Libre de Teología Protestante de París, profesor de la Universidad en San José, profesor de la Universidad Bíblica Latinoamericana y director del Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI) en San José, Costa Rica.



BBLA Informa: ¿Cómo evalúas el movimiento de lectura popular de la Biblia en América Latina?

Pablo Richard: En primer lugar, quiero identificar cuáles son los elementos constitutivos de la lectura popular de la Biblia y luego evaluarlos. Hay dos elementos constitutivos.

Primero la capacidad de los exegetas de hacer una exégesis con orientación popular. La dificultad es que los exegetas tradicionales producen exégesis para otros exegetas. Para un mundo cerrado. El desafío hoy día es hacer una explicación del texto teniendo como interlocutor el pueblo de Dios.

Segundo, el desafío es formar biblistas populares, líderes, coordinadores, que tengan capacidad de apropiarse de una interpretación de la Biblia. Estos dos elementos son fundamentales porque hoy día existe un abismo entre la exégesis y el pueblo de Dios. La exégesis, por ejemplo, publica libros, estudios maravillosos, pero nada de esto llega al pueblo de Dios. Una forma de superar ese abismo es dándole a la exégesis una orientación popular y así formar, también, delegados de la palabra, líderes bíblicos que se apropien también de la Biblia. Estos dos elementos hacen posible que se devuelva la Biblia al pueblo de Dios. Ahora, a partir de esos dos elementos constitutivos, ¿cómo está el movimiento de lectura popular de la Biblia?

Es un movimiento que cada día está más saludable, mejor. Esto se refleja en la multiplicación de cursos para biblistas populares. Y, por otro lado, hay una gran producción de materiales que facilitan la interpretación bíblica, que está directamente al servicio del pueblo de Dios. Podemos decir que la Biblia, en todo este proceso, está realmente llegando al pueblo de Dios. Esto permite una apropiación de la Biblia y con esto va surgiendo una lectura de la Biblia que viene de las comunidades, iglesias, movimientos apostólicos. Este movimiento cada día crece. Se puede ver en la multiplicación de los centros que ayudan y facilitan para que esto continua adelante. Un caso concreto es que acabamos de terminar, en Costa Rica, un taller intensivo de un mes, con la participación de 39 biblistas populares de 17 países. Allí estudiamos todos los métodos de lectura popular de la Biblia, aprovechamos para intercambiar la experiencia bíblica de los diecisiete países, evaluamos el movimiento bíblico en todos esos países. El resultado es que hay, efectivamente, un movimiento bíblico, rico, creativo y con una marca ecuménica de donde se quiera mirar.

El pueblo de Dios son las comunidades de base, las iglesias locales, no es ni católico, ni protestante. Es el pueblo de Dios que está leyendo la Biblia.

BBLA Informa: ¿Cuáles son los temas bíblicos que más se trabajan en el movimiento?

Pablo Richard: En primer lugar las personas buscan una visión global de la Biblia. De los temas más estudiados, se destaca el Éxodo con sus varios temas, desde la salida de Egipto, la Alianza en el desierto, la recuperación de la tierra, la organización de las doce tribus, con un modelo de producción sin impuestos, sin reyes. En definitiva, se estudia toda la experiencia del Éxodo. Después la experiencia de los profetas, sea antes del exilio, durante el exilio y después del exilio. El movimiento bíblico acompaña también las variaciones del profetismo y así también logra leer el profetismo contemporáneo. Mucho impacto tiene la literatura sapiencial como literatura de vida, y hay un gran interés en el libro de Daniel y en toda la literatura apocalíptica. Esta literatura tiene gran impacto. Un tema central en la lectura bíblica latinoamericana es el libro del Génesis, especialmente los primeros once capítulos. Estos capítulos son fundamentales porque allí está, en su interpretación, la cultura occidental. De alguna forma todas las aberraciones de nuestra cultura están fundadas en una cierta exégesis del libro del Génesis. Para el movimiento bíblico recuperar el Génesis desde una perspectiva ecológica, desde la perspectiva de la mujer y desde una perspectiva de la libertad, es muy importante.

BBLA Informa: Este movimiento de lectura popular de la Biblia, ¿tiene una dimensión ecuménica?

Pablo Richard: Es un movimiento radicalmente ecuménico y popular, está al margen y antes de cualquier interés eclesiástico. Es un movimiento que tiene autonomía, que se apropia de la Biblia. Es un movimiento que puede ser, incluso, identificado como anterior a la institución. Este movimiento está posibilitando que los cristianos, al leer la Biblia desde su realidad, adquieran una tremenda autoridad, con esa autoridad que les viene de leer e interpretar la Biblia, también pueden distinguir donde está Dios y donde no está. Esto les da legitimidad, autonomía, creatividad, libertad, seguridad. Son aquellas características que no se adquieren en las iglesias ya institucionalizadas.

BBLA Informa: ¿Cómo la lectura popular contribuye para el desarrollo del cristianismo en el continente?

Pablo Richard: La contribución más importante del movimiento bíblico es su aporte para la reforma de las iglesias. Podemos decir que el biblista popular es un gran reformador. Esta es una herencia que viene de la Reforma Protestante. El movimiento bíblico necesariamente genera una reforma al interior de las iglesias.

BBLA Informa: Después de esta Conferencia, ¿cuáles son los desafíos que surgen para la lectura popular de la Biblia?

Pablo Richard: Son varios los desafíos. Debe contribuir para una reconstrucción de la esperanza, de la utopía. Es decir descubrir al Dios bíblico que es el Dios que quiere que haya vida y vida abundante, o en abundancia. Este movimiento bíblico debe continuar a decodificar los códigos que están presentes en la Biblia y traerlos para ayudar a decodificar los códigos tan fuertemente arraigados en nuestras iglesias. Esta decodificación es realizada desde otra perspectiva, es la perspectiva que surge de la lectura bíblica, es lo que llamamos el sentido espiritual de las Escrituras. Es la dimensión que se descubre en la lectura de los evangelios, donde los símbolos y las figuras son descubiertos y ganan nuevos sentidos, nuevas interpretaciones.

Para finalizar menciono tres aspectos que están también presentes en la lectura popular de la Biblia.

El primero, es la dimensión de la palabra de Dios, donde la Biblia es un instrumento, lo principal es la Palabra de Dios, recordando que Dios no habla solamente en el libro de la Biblia, sino también lo hace en el libro de la Vida. El gran desafío es descubrir a Dios y oírlo, oír la palabra de Dios que cada día habla a su pueblo. La segunda es la opción preferencial por los pobres, que el movimiento bíblico ha asumido como una bandera de identificación y la tercera es la vivencia de la fe en pequeñas comunidades.


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