Pablo Richard, chileno, es padre
diocesano y teólogo. Doctor en Sociología de la Religión, por la Sorbonne
(Paris). Doctor Honoris Causa de Teología por la Facultad Libre de Teología
Protestante de París, profesor de la Universidad en San José, profesor de la
Universidad Bíblica Latinoamericana y director del Departamento Ecuménico de
Investigaciones (DEI) en San José, Costa Rica.
BBLA Informa: ¿Cómo evalúas el movimiento de
lectura popular de la Biblia en América Latina?
Pablo Richard: En primer lugar, quiero identificar cuáles son los elementos constitutivos de la lectura popular de la Biblia y luego evaluarlos. Hay dos elementos constitutivos.
Pablo Richard: En primer lugar, quiero identificar cuáles son los elementos constitutivos de la lectura popular de la Biblia y luego evaluarlos. Hay dos elementos constitutivos.
Primero la capacidad de los exegetas
de hacer una exégesis con orientación popular. La dificultad es que los
exegetas tradicionales producen exégesis para otros exegetas. Para un mundo
cerrado. El desafío hoy día es hacer una explicación del texto teniendo como
interlocutor el pueblo de Dios.
Segundo, el desafío es formar
biblistas populares, líderes, coordinadores, que tengan capacidad de apropiarse
de una interpretación de la Biblia. Estos dos elementos son fundamentales
porque hoy día existe un abismo entre la exégesis y el pueblo de Dios. La
exégesis, por ejemplo, publica libros, estudios maravillosos, pero nada de esto
llega al pueblo de Dios. Una forma de superar ese abismo es dándole a la
exégesis una orientación popular y así formar, también, delegados de la
palabra, líderes bíblicos que se apropien también de la Biblia. Estos dos
elementos hacen posible que se devuelva la Biblia al pueblo de Dios. Ahora, a
partir de esos dos elementos constitutivos, ¿cómo está el movimiento de lectura
popular de la Biblia?
Es un movimiento que cada día está
más saludable, mejor. Esto se refleja en la multiplicación de cursos para
biblistas populares. Y, por otro lado, hay una gran producción de materiales
que facilitan la interpretación bíblica, que está directamente al servicio del
pueblo de Dios. Podemos decir que la Biblia, en todo este proceso, está
realmente llegando al pueblo de Dios. Esto permite una apropiación de la Biblia
y con esto va surgiendo una lectura de la Biblia que viene de las comunidades,
iglesias, movimientos apostólicos. Este movimiento cada día crece. Se puede ver
en la multiplicación de los centros que ayudan y facilitan para que esto
continua adelante. Un caso concreto es que acabamos de terminar, en Costa Rica,
un taller intensivo de un mes, con la participación de 39 biblistas populares
de 17 países. Allí estudiamos todos los métodos de lectura popular de la
Biblia, aprovechamos para intercambiar la experiencia bíblica de los diecisiete
países, evaluamos el movimiento bíblico en todos esos países. El resultado es
que hay, efectivamente, un movimiento bíblico, rico, creativo y con una marca
ecuménica de donde se quiera mirar.
El pueblo de Dios son las
comunidades de base, las iglesias locales, no es ni católico, ni protestante.
Es el pueblo de Dios que está leyendo la Biblia.
BBLA Informa: ¿Cuáles son los temas bíblicos que más se trabajan en el movimiento?
Pablo Richard: En primer lugar las personas buscan
una visión global de la Biblia. De los temas más estudiados, se destaca el
Éxodo con sus varios temas, desde la salida de Egipto, la Alianza en el
desierto, la recuperación de la tierra, la organización de las doce tribus, con
un modelo de producción sin impuestos, sin reyes. En definitiva, se estudia
toda la experiencia del Éxodo. Después la experiencia de los profetas, sea
antes del exilio, durante el exilio y después del exilio. El movimiento bíblico
acompaña también las variaciones del profetismo y así también logra leer el
profetismo contemporáneo. Mucho impacto tiene la literatura sapiencial como
literatura de vida, y hay un gran interés en el libro de Daniel y en toda la
literatura apocalíptica. Esta literatura tiene gran impacto. Un tema central en
la lectura bíblica latinoamericana es el libro del Génesis, especialmente los
primeros once capítulos. Estos capítulos son fundamentales porque allí está, en
su interpretación, la cultura occidental. De alguna forma todas las
aberraciones de nuestra cultura están fundadas en una cierta exégesis del libro
del Génesis. Para el movimiento bíblico recuperar el Génesis desde una
perspectiva ecológica, desde la perspectiva de la mujer y desde una perspectiva
de la libertad, es muy importante.
BBLA Informa: Este movimiento de
lectura popular de la Biblia, ¿tiene una dimensión ecuménica?
Pablo Richard: Es un movimiento radicalmente
ecuménico y popular, está al margen y antes de cualquier interés eclesiástico.
Es un movimiento que tiene autonomía, que se apropia de la Biblia. Es un
movimiento que puede ser, incluso, identificado como anterior a la institución.
Este movimiento está posibilitando que los cristianos, al leer la Biblia desde
su realidad, adquieran una tremenda autoridad, con esa autoridad que les viene
de leer e interpretar la Biblia, también pueden distinguir donde está Dios y
donde no está. Esto les da legitimidad, autonomía, creatividad, libertad,
seguridad. Son aquellas características que no se adquieren en las iglesias ya
institucionalizadas.
BBLA Informa: ¿Cómo la lectura
popular contribuye para el desarrollo del cristianismo en el continente?
Pablo Richard: La contribución más importante del
movimiento bíblico es su aporte para la reforma de las iglesias. Podemos decir
que el biblista popular es un gran reformador. Esta es una herencia que viene
de la Reforma Protestante. El movimiento bíblico necesariamente genera una
reforma al interior de las iglesias.
BBLA Informa: Después de esta
Conferencia, ¿cuáles son los desafíos que surgen para la lectura popular de la
Biblia?
Pablo Richard: Son varios los desafíos. Debe
contribuir para una reconstrucción de la esperanza, de la utopía. Es decir
descubrir al Dios bíblico que es el Dios que quiere que haya vida y vida
abundante, o en abundancia. Este movimiento bíblico debe continuar a
decodificar los códigos que están presentes en la Biblia y traerlos para ayudar
a decodificar los códigos tan fuertemente arraigados en nuestras iglesias. Esta
decodificación es realizada desde otra perspectiva, es la perspectiva que surge
de la lectura bíblica, es lo que llamamos el sentido espiritual de las
Escrituras. Es la dimensión que se descubre en la lectura de los evangelios,
donde los símbolos y las figuras son descubiertos y ganan nuevos sentidos,
nuevas interpretaciones.
Para finalizar menciono tres
aspectos que están también presentes en la lectura popular de la Biblia.
El primero, es la dimensión de la
palabra de Dios, donde la Biblia es un instrumento, lo principal es la Palabra
de Dios, recordando que Dios no habla solamente en el libro de la Biblia, sino
también lo hace en el libro de la Vida. El gran desafío es descubrir a Dios y
oírlo, oír la palabra de Dios que cada día habla a su pueblo. La segunda es la
opción preferencial por los pobres, que el movimiento bíblico ha asumido como
una bandera de identificación y la tercera es la vivencia de la fe en pequeñas
comunidades.
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